LOS EUROMEXICANOS, LOS MEXICANOS Y LOS ANAHUACAS
por Guillermo Marín....
En este país, desde 1521 los que detentan el poder político, económico, social y cultural son extranjeros. Lo que han vivido en estos cinco siglos “los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos”, sean “indios, campesinos, obreros, empleados, desempleados; en síntesis: “LA PROLE”, ha sido y sigue siendo, un verdadero infierno.
Los que empezaron a llegar al Cem Anáhuac desde 1519, destruyeron las milenarias instituciones, leyes y autoridades del Anáhuac, para imponernos sus leyes, autoridades e instituciones COLONIALES durante tres siglos.
Y después de que los criollos echaron a los gachupines del poder y del Virreinato de la Nueva España, fundaron en 1821 “su país”, al que llamaron equivocadamente “México”, manteniendo el sistema colonial, pero disfrazado de una “república bananera”.
En los dos últimos siglos los criollos han fortalecido y refinado el poder NEOCOLONIAL, buscando siempre alianzas con países y capitales extranjeros para someter y explotar a los pueblos anahuacas y depredar sus recursos naturales.
Los “euromexicanos neocolonizadores” que piensan que no tiene validez este lenguaje, ideología y lucha por la descolonización del Anáhuac, los invitamos a que vean en “su Madre Patria” lo que está sucediendo en pleno S XXI.
En efecto, la invasión, conquista y colonización que sufrimos nosotros, también la sufrieron los pueblos y culturas ibéricas. Los castellanos y aragoneses a sangre y fuego “crearon” el reino de España sobre los reinos existentes en la península.
Han pasado también, cinco siglos, y la herida sigue viva y los vascos, catalanes y gallegos, entro otros, siguen manteniendo la vital necesidad de ser “independientes y autónomos”. Los “euromexicanos”, es decir, los descendientes sanguíneos y culturales de los colonizadores afirman que “nada ha quedado de los vencidos”, que todo acabo en 1521.
Que no existe la civilización originaria y que todos los habitantes de este país son “muudernos mexicanos” y que en este país, “su país”, todos somos iguales y que no existe racismo ni clasismo. Mitos y fantasías de la neo-colonización.
Solo que la verdad nos dice que existen tres clases de “ciudadanos de este país”. Los “euros y sus descendientes, los anahuacas y sus descendientes” y los mestizos desculturizados. En el primer extremo están esas 200 mil “familias bonitas” de “euromexicanos” que poseen el 40% de la riqueza nacional: Gente que está en lo más alto de la pirámide social en la economía, la política, la ciencia, la cultura.
Del otro lado están diez millones de “indígenas” anahuacas que para sobrevivir al holocausto se han refugiado en los lugares más agrestes y apartados, esta clase de “ciudadanos” poseen el 1% de la riqueza nacional.
En medio de esta tragedia está una inmensa masa de mestizos des-culturizados llamados a secas “mexicanos”, ni de aquí ni de allá, hijos de televisa, ladinos, ignorantes de sí mismos, “morenitos en vías de blanquearse”, o como los llamó Guillermo Bonfil, “indios desindianizados”.
Pues bien, los “euromexicanos” han sumido al pueblo de “su país”, desde 1821, no solo en la histórica injusticia y pobreza, sino en la corrupción, impunidad y “despropósito gubernamental” más cínico y aberrante desde la implantación del neoliberalismo y la globalización impuesta por los capitales y mega empresas trasnacionales.
El servilismo y la docilidad frente al poder global, sumado a su histórica incapacidad para gobernar y administrar, están llevando a “su país” al fracaso más grande en sus dos siglos de mínima existencia.
La “Estela de Luz” es el símbolo de su desgobierno, corrupción, impunidad, traición, incapacidad de sus gobiernos desde 1821. Ellos mismos se “honran a sí mismos”. Su historia es la suma de traiciones a “su patria”, pleitos y guerras fratricidas, explotación deshumanizada al pueblo invadido y despreciado.
Siempre han gobernada de rodillas al poder extranjero y de espaldas a su pueblo, entre bayonetas y un charco de sangre. Entregándolo como obra de mano barata y depredando los recursos naturales de este riquísimo y al parecer inacabable cuerno de la abundancia para empresas y gobiernos extranjeros.
Un amigo judío alguna vez me dijo que, “el problema de México es su inmensa riqueza”. Efectivamente, van quinientos años y no se acaba, sea el oro, la plata, la grana cochinilla, las materias primas, el petróleo, pero sobre todo, la riqueza que produce un pueblo “culto y educado” en los valores de la civilización del Anáhuac, que además de ser trabajador, sacrificado, solidario, noble; cree, porque así se lo enseñó su milenaria civilización, en las instituciones y autoridades.
De esta manera, ha sido en estos cinco siglos de colonización y neocolonización, que la base de este pueblo –los anahuacas- han creado la riqueza con su trabajo esclavizado, engrosado los ejércitos que usaron los gachupines y criollos para pelar entre sí, la mano de obra que ha construido todo cuanto está edificado y los votos que llenan las urnas que validan el gobierno de los euromexicanos.
Ciudadanos siempre excluidos, denigrados, marginados, despojados, engañados y utilizados. Estos ciudadanos que la “patria” de los criollos les ha vuelto la espalda y siempre los ha engañado y traicionado, sea en 1810, 1910, 1926, 1988 y 2006, son la base y sustento, los cimientos y la estructura de “la patria de los criollos”.
Sin embargo, el Anáhuac no está muerto y “estos ciudadanos de tercera” tienen una “MATRIA” que es su civilización ancestral. Las diferentes culturas que la conforman se han mantenido “en estado latente”, se ha refugiado allá en lo más profundo e íntimo de nuestra “esencia”…donde el euromexicano nunca se ha atrevido a penetrar.
No se olvide que fueron nuestros Viejos Abuelos toltecas los maestros “del tiempo y del espacio”. Los olmecas fueron los forjadores del movimiento “ollin y maestros de la medida “mecatl”, de ahí viene su nombre de olmecas, los maestros de “la medida del movimiento”, es decir, del Tiempo.
El Tiempo ha sido y es, elemento fundamental de nuestra civilización. El tiempo ha estado de nuestra parte. Ayer fue “el tiempo del no tiempo”, ahora, está muy próximo el tiempo de “nuestro tiempo”.
Está por salir la Luz del nuevo Sol y la oscuridad será vencida para la luminosa sabiduría de los Viejos Abuelos que se ha sabido guardar sabiamente en el fondo de nuestros corazones y alumbrará el inexorable futuro, propio-nuestro, que nos ha sido reservado por “Aquél por quien se vive”.
La Toltecáyotl emergerá telúrica y vibrante del fondo de nuestros corazones adormecidos por el colonialismo.
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