martes, 17 de abril de 2012



Sintió como el terreno que la rodeaba empequeñecía lentamente. A lo lejos, cayeron a un abismo infinito países, ríos, bosques, las casas de sus familiares y vecinos. Sola, completamente sola, poco a poco vio como desaparecían sus pertenencias, sus papeles, sus libros, su ropa, todos los objetos que la habían acompañado por años. Debajo de sus pies nada más quedó un punto, sobre el que con grandes esfuerzos mantenía el equilibrio para no caer ella también a ese océano de nada que la rodeaba. Después de un tiempo que le pareció eterno, de su cabeza comenzaron a salir recuerdos, ideas y palabras hasta quedar totalmente vacía. El líquido de su cuerpo se evaporó y sus células al completo explotaron como pompas de jabón diminutas. Toda ella quedó reducida a un latido, el eco de un alma que desde la nada, comenzó a recrear una nueva anatomía y un nuevo mundo, tomado como núcleo de la existencia un nuevo corazón.
Carmen Sol
Imagen: kaiser-mony

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